sábado, 10 de enero de 2009

Las Cuatro Esposas del Rey


Había una vez un rey que tenía cuatro esposas.

Él amaba a su cuarta esposa mas que a las demás; la adornaba con ricas vestiduras y la complacía con las delicadezas más finas. Solo le daba lo mejor.

También amaba mucho a su tercera esposa y siempre la exhibía en los reinos vecinos. Sin embargo, temía que algún día
ella se fuera con otro.

También amaba a su segunda esposa. Ella era su confidente y siempre se mostraba bondadosa,
considerada y paciente con él. Cada vez que el rey tenia un problema, confiaba en ella para ayudarle a salir de los tiempos difíciles.
La primera esposa del rey era una compañera muy leal y había hecho grandes contribuciones
para mantener tanto la riqueza como el reino del monarca.Sin embargo, él no la amaba y
aunque ella le amaba profundamente, apenas si el se fijaba en ella.

Un día, el rey enfermó y se dio cuenta de que le quedaba poco tiempo de vida.

Pensó acerca de su vida de lujo y en lo ésta había sido:

-"Ahora tengo cuatro esposas conmigo pero, cuando muera, estaré solo".

Así que le dijo a su cuarta esposa:

-"Te he amado más que a las demás, te he dotado con las mejores vestimentas y te he cuidado con esmero. Ahora que estoy muriendo,¿estarías dispuesta a seguirme y ser mi compañía?"

-"¡Ni pensarlo!", Contesto la cuarta esposa y se alejó sin decir mas palabras.

Su respuesta le penetró en su corazón como un cuchillo afilado.

El monarca entristecido le dijo a su tercera esposa:

-" Te he amado toda mi vida. Ahora que estoy muriendo, ¿estarías dispuesta a seguirme y ser mi compañía?"

-"¡No!", Contesto su tercera esposa.¡La vida es demasiado buena!¡Cuándo mueras, pienso volverme a casar!"

Su corazón experimento una fuerte sacudida y se quedó helado.
Entonces le dijo a su segunda esposa:
-"Siempre he venido a ti por ayuda y siempre has estado allí para mí. Cuando muera, ¿estarías dispuesta a seguirme y ser mi compañía?"

-"¡Lo siento, no puedo ayudarte esta vez!", contestó la segunda esposa. Todo que puedo hacer por ti es enterrarte".

Su respuesta vino como un relámpago que desmoronó al rey.

Entonces escucho una voz:

-"Me iré contigo y te seguiré donde tu vayas".

El rey dirigió la mirada en dirección de la voz y allí estaba su primera esposa. Se veía tan delgaducha, sufría de desnutrición desde que el rey cayó enfermo.
Profundamente afectado, el monarca dijo:

-"¡Debí haberte atendido mejor cuando tuve la oportunidad de hacerlo!"

En realidad, todos tenemos cuatro esposas en nuestras vidas. Nuestra cuarta esposa es nuestro cuerpo. No importa cuanto tiempo y esfuerzo invirtamos en embellecerlo bien, nos dejara cuando muramos. Nuestra tercera esposa es nuestras posesiones, condición social y riqueza. Cuando muramos, irán a parar a otros. Nuestra segunda esposa es nuestra familia y amigos. No importa cuanto nos hayan servido de apoyo, lo más que podrán hacer es acompañarnos
hasta el sepulcro. Y nuestra primera esposa es nuestra alma, frecuentemente ignorada en la búsqueda de la fortuna, el poder y los placeres del ego. Sin embargo, nuestra alma es la única que nos acompañará adonde quiera que vayamos.

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