sábado, 10 de enero de 2009

El más poderoso de todos


Había una vez un mago que, mientras se estaba bañando en un lago, vio a una ratoncita a punto de ahogarse y la rescató. Al sacarla del agua, la transformó en una muchacha tan hermosa, que pensó en buscarle un marido que fuera el más poderoso de todos.
- Cásate con el Sol - le dijo a la muchacha.
- No, no me casaré con él - le respondió la joven. - El Sol no tiene piernas, sólo brazos de fuego. Además, ya tiene dos esposas: la luz y la sombra.
- ¡Pero si el Sol es el más poderoso de todos! - exclamó el mago.
- No, no lo soy - replicó el Sol. - ¡Las nubes, si quieren, pueden ocultarme!
- Cásate con una nube pues - repuso el mago, dirigiéndose a la muchacha.
- No, no me casaré con una nube. Es negra y está llena de agua. Si me casara con ella estaría todo el día empapada.
- ¡Pero si la nube es la más poderosa de todos! - volvió a exclamar el mago.
- No, no lo soy - repuso la nube. - El viento es más fuerte que yo, ya que puede hacer que me vaya si quiere.
- Entonces cásate con el viento - dijo el mago a la joven.
- No, no me casaré con el viento - replicó terca la joven. - El viento es frío y molesta siempre a las personas.
- ¡Pero si el viento es el más poderoso de todos! - gritó exasperado el mago.
- No, no lo soy - le respondió el viento. - No puedo hacer nada contra la montaña, ya que siempre que me lanzo contra ella, me rompo en pedazos.
- Cásate con la montaña entonces - sugirió el mago.
- No, no me casaré con la montaña - respondió la muchacha. - La montaña es dura y está llena de rocas y de matojos. ¿Qué haría yo con alguien así?
- ¡Pero si la montaña es la más poderosa de todos! - volvió a decir el mago.
- No, no lo soy - dijo la montaña. - Hay alguien que puede conmigo: el ratón. Si el ratón quiere, puede roerme y hacer que me desmorone.
- ¿Te casarás con el ratón, pues? - preguntó finalmente el mago.
- No - repuso la muchacha, qué haría yo con un animalito tan pequeño y con los dientes tan grandes.
- ¡Pero si el ratoncito es el ser más poderoso de todos! - se desesperaba el mago.
- No, no lo soy -dijo el ratón.- El hombre es más fuerte y poderoso que yo, con sólo un pie puede aplastarme.
Entonces el mago finalmente comprendió que él era el hombre que podía aspirar a una mujer tan bella y decidió pedirle que se casara con él:
- ¿Te casarías conmigo?.
Y la muchacha le dijo finalmente que sí.
De esta manera, el mago y la joven que se habían enamorado, con el tiempo se casaron, tuvieron muchos hijos y fueron felices hasta el final de sus días.

(Cuento popular de la India)

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