jueves, 12 de marzo de 2009

En las manos del destino


Un gran general, llamado Nobunaga, había tomado la decisión de atacar al enemigo, a pesar de que sus tropas fueran ampliamente inferiores en número. Él estaba seguro que vencerían, pero sus hombres no lo creían mucho. En el camino, Nobunaga se detuvo delante de un santuario Shinto. Declaró a sus guerreros:

-Voy a recogerme y a pedir la ayuda de los kamis. Después lanzaré una
moneda. Si sale cara venceremos, si sale cruz perderemos. Estamos en las manos
del destino.

Después de haberse recogido unos instantes, Nobunaga salió del templo y arrojó una moneda. Salió cara. La moral de las tropas se inflamó de golpe. Los guerreros, firmemente convencidos de salir victoriosos combatieron con una intre-
pidéz tan extraordinaria que ganaron la batalla rápidamente.

Después de la victoria, el ayuda de campo del general le dijo:

-Nadie puede cambiar el destino. Esta victoria inesperada es una nueva prueba.

-¿Quién sabe? -respondió el general, al mismo tiempo que le enseñaba una moneda... trucada, que tenía cara en ambos lados.

(Cuento Zen)

2 comentarios:

Paquita Pedros dijo...

Hola cielo me gusto tu historia del destino
un beso desde mi Luna

Anónimo dijo...

Bello blog, como todo el mundo dice: lleno de magia y buenos sentimientos.

Un saludo.