La niña sólo tenía cuatro años, sus recuerdos, probablemente, ya se habían desvanecido y su madre, para concienciarle del cambio que les esperaría, la llevó a la cerca de alambre de espino; desde allí, de lejos, le enseñó el tren.
-¿No estás contenta? Ese tren nos llevará a casa.
-Y entonces, ¿qué pasará?
-Entonces ya estaremos en casa.
-¿Qué significa estar en casa? -preguntó la niña.
-El lugar donde vivíamos antes.
-¿Y qué hay allí?
-¿Te acuerdas todavía de tu osito? Quizás encontremos también tus muñecas.
-Mamá, ¿en casa también hay centinelas?
-No, allí no hay.
-Entonces, de allí... ¿se podrá escapar?
(De ISTVÁN ÖRKÉNY. En "Ojos de Aguja. Antología de Microcuentos").
sábado, 21 de marzo de 2009
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1 comentario:
Hola, triste cuento nos traes querida dama. Me ha gustado ¿Has leído el niño con pijama a rayas?
Besos
anamorgana
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