martes, 15 de marzo de 2011

El Leñador Eficiente


Había una vez un leñador que se presentó a trabajar en una maderera. El sueldo era bueno y las condiciones de trabajo mejores aún, así que el leñador se propuso hacer un buen papel.

El primer día se presentó al capataz, que le dio un hacha y le asignó una zona del bosque.

El hombre, entusiasmado, salió al bosque a talar.

En un solo día cortó dieciocho árboles.

-Te felicito -le dijo el capataz-. Sigue así.

Animado por las palabras del capataz, el leñador se decidió a mejorar su propio trabajo al día siguiente. Así que esa noche se acostó bien temprano.

A la mañana siguiente, se levantó antes que nadie y se fue al bosque.

A pesar de todo su empeño, no consiguió cortar más de quince árboles.

«Debo estar cansado», pensó. Y decidió acostarsecon la puesta de sol.

Al amanecer, se levantó decidido a batir su marca de dieciocho árboles. Sin embargo, ese día no llegó ni a la mitad.

Al día siguiente fueron siete, luego cinco, y el último día estuvo toda la tarde tratando de talar su segundo árbol.

Inquieto por lo que diría el capataz, el leñador fue a contarle lo que le estaba pasando y a jurarle y perjurarle que se estaba esforzando hasta los límites del desfallecimiento.

El capataz le preguntó: «¿Cuándo afilaste tu hacha por última vez?».

-¿Afilar? No he tenido tiempo para afilar: he estado demasiado ocupado talando árboles.

¿De qué cosas importantes nos estamos olvidando?

(De la red)

3 comentarios:

Dynara dijo...

Jajajaja...buenisimo. Bonita metafora sobre la vida y la obsesión en general. Me ha arrancado una sonrisa de las buenas.

¡Un saludo!

Varya Rios dijo...

Lo cierto es que esas cosas siempe pasan,xdxd.

eva-escort madrid dijo...

Esto es absolutamente real, cuantas veces nos cegamos al hacer las cosas con nuestras prisas que no vemos que estamos malgastando esfuerzos. Es mejor "perder" un ratito para ganarle tiempo al tiempo.