martes, 21 de septiembre de 2010
El más sabio de todos
Cuentan que una vez, tres ilustrados monjes viajaban por Turquía con deseos de disputar con los hombres más sabios del país. Preguntaron entonces al sultán a quién podían dirigirse y éste les habló de un maestro sufí muy famoso en la zona.
Los monjes explicaron que estaban interesados en conocerlo porque cada uno tenía una pregunta existencial y mística que hacerle.
Entonces el sultán mandó llamar al maestro al palacio.
- Dejemos que hagan sus preguntas – dijo el maestro confiado cuando le explicaron la razón de la visita de los monjes.
El primer monje se puso de pie y preguntó:
- ¿Dónde está el centro de la tierra?
- En este momento, ese punto está exactamente bajo la pata derecha de mi asno – respondió con seguridad -. Si no me crees, mide la tierra y lo comprobarás.
El primer monje se fue y el segundo preguntó con mala intención:
- ¿Cuántas estrellas hay en en cielo?
- Tantas como pelos tiene mi asno.
- ¿Cómo puedes probarlo?
- Si no me crees, cuéntalos con total libertad – respondió el sufí.
- ¿Cómo puedo contar todos los pelos del animal? – protestó el monje.
- Tan fácil como puedas contar las estrellas del cielo
El segundo monje dio un paso atrás, confundido, y el tercer monje se puso de pie:
- ¿Cuántos cabellos crees que tengo en la barba? – preguntó
- Tantos como tiene mi asno en la cola
- ¿Cómo puedes probarlo?
- Es fácil – contestó el maestro con firmeza -, simplemente arranquemos los pelos de tu barba y los de la cola de mi asno uno por uno y así sabremos el resultado.
Al tercer monje no le entusiasmó la idea y también se retiró, muy impresionado. Los tres estuvieron de acuerdo en que habían sido derrotados.
Existe una sola posibilidad de encontrar respuestas dignas, y es formulando preguntas inteligentes. A palabras necias, oídos sordos.
(De la red)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario