sábado, 4 de febrero de 2012

Un preso singular

Era un hombre que había sido encarcelado. A través de un ventanuco
enrejado que había en su celda gustaba de mirar al exterior. Todos los días se
asomaba al ventanuco, y, cada vez que veía pasar a alguien al otro lado de las
rejas, estallaba en sonoras e irrefrenables carcajadas. El guardián estaba
realmente sorprendido. Un día ya no pudo por menos que preguntar al preso:
--Oye, hombre, ¿a qué vienen todas esas
risotadas día tras día?
Y el preso contestó:
--¿Cómo que de qué me río? ¡Pero estás ciego!
Me río de todos esos que hay ahí. ¿No ves que están presos detrás de estas
rejas?
(Cuento popular de la India)

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