domingo, 3 de enero de 2010

Ignorancia


Se trataba de dos amigos no demasiado inteligentes. Se despertaron a medianoche y uno le dijo al otro:

- Sal fuera y dime si ya ha amanecido. Observa si ha salido el sol.

El hombre salió al exterior y comprobó que todo estaba muy oscuro. De vuelta explicó:

- Está todo tan oscuro que no me es posible ver si el sol ha salido.

Y el otro repuso:

- No seas necio. ¿Acaso no puedes encender una linterna para ver si el sol ha salido?

Muchas veces así procede el ser humano en la búsqueda espiritual, sin utilizar sabiamente el discernimiento, la capacidad de discriminación.

(Cuento zen)

1 comentario:

Ana Moreno dijo...

La capacidad de discriminación....pues es verdad (pensando)