martes, 26 de enero de 2010

Tempus fugit


Encima de un enorme iceberg a la deriva por el Atlántico Norte, un señor de Cuenca, funcionario de correos, y un pingüino discutían por el precio de un sello. El debate era agrio, visceral, a cara de perro, y quizás hubiera durado días, meses, años.

Pero el iceberg no.

(Eloy Mon)

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