Un hombre criaba al mismo tiempo a una cabra y a un asno.
La cabra, envidiosa, al ver que su compañero estaba mejor alimentado, le aconsejó de esta manera:
- La noria y la carga hacen de tu vida un tormento interminable. Simula, amigo, un desmayo y déjate caer en un foso, que así te permitirá el amo reposar.
El asno, poniendo en práctica el consejo, se dejó caer, pero se hizo una grave herida. Llamó entonces el amo a un veterinario para que curase al jumento.
El curandero, tras de examinar al enfermo, le recetó una infusión de pulmón de cabra. Por lo que el labriego, sin titubear, mató a la cabra para salvar al asno.
(Fábula de Esopo)
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