Hace tiempo existió un lugar maravilloso, donde todo era limpio, verde, lleno de flores, árboles y un sol cálido. En este lugar vivían mariposas hermosas con cientos de colores, nunca se habían visto tantos colores juntos y en combinaciones infinitas. El mismo sol provocaba a veces que las mariposas parecieran de oro, y otras de plata, igual cuando la lluvia caía para humedecer la tierra y dar de beber a las mariposas. Había vida, las mariposas eran fuertes compartían y circulaban libremente, se ayudaban las unas a las otras se amaban y eran felices, no envidiaban a los demás pueblos, no temían por los ladrones y tenían una gran reina que procuraba siempre por su pueblo y sus semejantes.
Pero cierto día las mariposas comenzaron a sentirse fatigadas y comenzaron a perder su colorido y su hermoso brillo, el cielo se volvió gris y esto no mejoraba al paso del tiempo, sino que se hacía cada vez mas inquietante este alarmante cambio. Entonces la reina de las mariposas habló con toda la comarca y solicitó ayuda para encontrar la cura a esta enfermedad que las acosaba y que terminaría por exterminarlas, lo mismo que a su mundo encantado.
Una joven oruga decidió ser voluntaria para partir a otros mundos y encontrar la cura para salvar a su reino. La reina al ver su actitud de valentía y fortaleza, a pesar de ser muy joven, aceptó su decisión al tiempo que 100 mariposas decidieron unirse a la gran búsqueda.
Entonces la reina se dirigió a ellas con esta encomienda: "Queridas hermanas el momento ha llegado, la paz del mundo se ha agotado, la alegría ha partido y sólo nos han quedado las tempestades, por eso las tierras se han vuelto infértiles, el sol ya no brilla pues las sonrisas no se han visto en mucho tiempo, la valentía y fortaleza están agotadas, la lealtad ha sido vencida por la cobardía, los anhelos y sueños empiezan a esfumarse entre la neblina de la derrota, la bondad no encontró aliados y ha terminado por comenzar a rendirse, las mariposas temen ser madres por el temor de perder a sus hijos y del futuro que les podría tocar. La humildad ha sido abatida por el orgullo, la cortesía, no recuerdo desde hace cuanto que ha partido, y su lugar lo ha tomado la ironía,. La prepotencia ha comenzado a poblar los pueblos llenándolos de falsas riquezas y falsos amigos, tememos por nuestro futuro. Los líderes ya no existen, han desaparecido y en su lugar han quedado la soberbia. Queridas Mariposas, quedamos nosotras y nuestra misión será probar que aún queda algo de lo que buscamos. Vuestra misión será buscar un líder, necesitamos el valor, la humildad, la sonrisa, las lagrimas, la lealtad y todo eso que ha sido vencido. No tendréis una tarea fácil. Tal vez muchas mueran en la búsqueda, otras tal vez desistan, realmente no sé si lo lograréis o si no os volveré a ver, pero tengo la esperanza y esa no la perderé, de que alguna de ustedes regrese. Mi bendición y mi corazón esta con vosotras".
Y así cada una de ellas comenzó su camino para lograr encontrar algo de lo añorado, algunas se encantaron con falsas bondades y cayeron presas por ellas, otras se perdieron con la tentación, otras murieron de la decepción, y una que otra se dejo corromper por la avaricia y vencer por la cobardía.
Finalmente sólo quedaba la oruga que a su paso pequeño, no lograba avanzar mucho, pero en su corto camino sólo veía dolor, avaricia, miedo, derrota y soberbia.
Después de días y tomando pequeños descansos para dejar su vieja piel y sus viejas creencias, así como sus decepciones y sus miedos y dejándose llevar por sus anhelos, continúo su camino. Hasta que cansada de no encontrar una sola pista y protegida por el poco follaje de un árbol y al abrigo de un arbusto florido se dio cuenta que estaba comenzando a sentir pena, a tener miedo y a dejar de sonreír por lo que comenzó su proceso de descanso y transformación propio de una mariposa, se encerró en su capullo y durmió, por tres largos días para poder pasar a su nueva etapa.
Al tercer día, y habiendo sobrevivido a las tormentas, la crisálida se abrió y salió una hermosa mariposa. Ella misma estaba sorprendida. Había visto a su madres, hermanas y amigos, pero hasta ese momento no se dio cuenta de lo maravilloso que era tener alas y del regalo que tenia: “vida”. Podría entonces continuar su misión, y así lo hizo, continuo, voló y voló, emigró al norte, emigró al sur cruzando océanos, visitando países y lugares inimaginables, y no encontraba ni un vestigio de nada de lo que buscaba. Preguntó a varios seres vivos y muchos ni sabían qué era lo que buscaba, nunca habían escuchado hablar de las virtudes ni de los valores, así que comenzó nuevamente a sentirse triste, a tener miedo ha sentirse derrotada y a comenzar a perder a sus esperanzas, además que el tiempo se agotaba, la vida comenzaba a partir, así que solo tenia algunas horas más antes de su última transformación para dejar la vida.
Y cansada se detuvo en una ventana entreabierta de una vieja casa en el campo de piedra perdida entre matorrales y lejos de cualquier civilización. Entonces el llanto vino a ella ya que la derrota estaba en sus pies, y en ese instante de pronto escucho una vocecita pequeñita que le preguntaba:
- "¿Por qué lloras?"- dijo la voz.
- "Lloro, porque he sido vencida, no logre mi misión, he fracasado ya todo esta perdido y mi mundo esta por desaparecer los colores ya no existen. No volveré a ver a mi familia, no podré regresar a mi pueblo, pues la vergüenza y la derrota me acompañarán".
- "No llores linda mariposa, yo te voy a ayudar, no llores juntos venceremos y lucharemos".
- "Pero si eres sólo un hermoso niño, ¿Cómo podrás ayudarme?"-dijo la mariposa.
- "No lo sé", respondió el niño, "sólo sé que podremos jugar juntos, que tengo muchas historias que contarte, que podremos luchar contra los malos, que tengo un ejército de amigos que podrán ayudarnos".
- "Y ¿Dónde esta ese ejército?"- preguntó atónita la mariposilla,
- "No lo sé, sólo sé que cada día aparece, cuando jugamos, ¿sabes? Recorremos países, cantamos bailamos nos reímos mucho a veces lloramos de risa, y siempre estamos seguros de que siempre estaremos juntos y de que inventaremos algo"...
La Mariposa escuchaba atenta hablar al pequeño mientras cada vez se sentía mas cansada del viaje, entonces el niño al darse cuenta le dio de beber y algo de alimento, la tomó con su pequeña manita y la recostó en su cama, la llenó de besos y caricias, y le prometió que la cuidaría mientras ella continuaba su misión.
La mariposa descanso un poco y al recuperar el aliento y sentirse un poco mejor se dio cuenta que no había fracasado, ¡que había encontrado lo que buscaba! ¡Había triunfado!
No sólo había encontrado la ternura, la compasión, la humildad, la valentía, la amistad, la esperanza, la imaginación, el amor, la bondad, y a un líder, así que al darse cuenta comenzó a llorar de alegría, lo tomo entre sus brazos y lo besó. "Mi mundo se ha salvado"-dijo.
Ella encontró lo que buscaba escondido en aquel niño. La pureza, las virtudes y los valores, al verse despreciados y vencidos por el mundo se refugiaron en tan noble inocencia.
Así que la mariposa feliz de su logro partió a su transformación dejando la vida y multiplicándola para su nuevo guerrero, pues antes de partir le dejó una misión: "Tendrás que prometerme que siempre guardarás y protegerás a las virtudes y valores; las guardarás como lo has hecho hasta ahora, y siempre que haya alguien que quiera acabar con ellas tu serás un gran líder y podrás dirigirlas,.
Además tendrás la encomienda de contar mi historia a cuanto niño y adulto encuentres y a su vez les pedirás contar a su vez esta historia a sus hijos, amigos y conocidos, así que nunca lo olvides".
El niño creció y nunca olvido su misión, pobló naciones, de amigos, amor, confianza y vida.
Este niño vivió muchos años, siempre fue un gran guerrero de corazón puro y noble y dejó a las generaciones futuras esta historia para que la contaran siempre a sus hijos y ellos a su vez a sus hijos para proteger el mundo y a sus pobladores.
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