Erase una vez un copo de nieve que aburrido de esperar en su nube decidió ser invierno.
Una mañana en la que el tiempo acompañaba, el día era frío y la nieve iba a cobrar protagonismo, saltó junto a otros copos hacia la ciudad abandonando la seguridad de su nube.
No lo pensó dos veces y descendió. Según caía y el blanco de los tejados se acercaba, se fijó en una copo de nieve que caía junto a él. Tenía las puntas tristes y el brillo apagado, pero le pareció hermosa, la más bonita de todas.
¿Por qué no la había conocido en su nube?. Se acercó a ella sin decir nada. Como sí de magia se tratase, ambos se enamoraron, tanto que el calor que desprendían estuvo a punto de derretirlos. Giraron, voltearon, volaron, hicieron frío, disfrutaron del paisaje, el uno del otro.
Eran felices, juntos, cayendo, pero la vida es corta cuando eres un copo de nieve y al final, tras el viaje, yacieron sobre la nieve, y mientras se amaban, mientras exprimían al máximo cada instante, ambos recordaron aquello que los padres dicen a sus hijos:
nunca te enamores antes del verano.
sábado, 3 de diciembre de 2016
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1 comentario:
Hola.
Tienes un blog estupendo, fantástico, en verdad me encanto ♡
Y si no te molesta le di voz a este texto tuyo:
https://youtu.be/mn1F_wFROG8
Espero que no te moleste aunque siéntete libre de mandarme un mensaje por si quieres que lo quite, te deseo mucha felicidad ♡
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