domingo, 22 de noviembre de 2009

Los rápidos elogios


Un viejo se acercó a un grupo que estaba reunido en torno de Al-Yahi. Durante mucho tiempo estuvo escuchando las enseñanzas del sabio. Al terminar, le dijo a uno de los discípulos:

-¡Es un hombre con la sabiduría de Dios! La tarde de hoy quedará para siempre marcada en mi corazón.

Animado, el discípulo fue a contárselo al maestro. Al-Yahi, sin embargo, no dio importancia a las palabras del viejo, respondiendo:

-Mucho cuidado con los rápidos elogios. Aquellos que, en la primera tarde, son capaces de ver cualidades que no tienes, también descubren rápidamente defectos que nunca poseíste.

(Paulo Coelho)

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