lunes, 27 de abril de 2009

Sin discusiones

Después de muchos años de no verse, dos amigos se encuentran en la calle.

- Serafín, ¡cuánto tiempo! ¿Cómo vas?

- ¿Eres tú, Lorenzo? Si no me hablas, nunca te hubiera reconocido… ¿Qué te has hecho? ¿Alguna operación? ¿Un tratamiento facial? Se te ve más joven.

- No. Ninguna cirugía. Lo que sucede es que, hace meses, tomé una decisión que me ha cambiado la vida y, desde entonces, vivo tan bien que eso me ha traído salud y bienestar.

- Vaya, Lorenzo, me sorprendes… ¿Y cuál es la decisión mágica?

- Es muy simple - dice el otro sin vueltas-. No discuto nunca con nadie por ninguna razón.

Serafín sonríe y espera. No cree que la explicación vaya a terminar allí. Finalmente, se decide y habla:

- Nunca discutes…

- Con nadie y por ninguna razón - completa Lorenzo.

- Pero no puede deberse a ello - dice Serafín.

Y Lorenzo, haciendo gala de su postura, contesta:

-Tienes razón, no puede deberse a ello.

(Jorge Bucay)

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